El príncipe Bernardo era un comisionista

A Bernardo de Holanda, padre de la actual soberana Beatriz, fallecido en 2004, siguen persiguiéndole los escándalos. Tras saber que aceptó un millón de dólares en 1976 del fabricante de aviones Lockheed por sus labores de mediación en la venta de aparatos al Gobierno de la época, ahora se ha sabido que fue pillado en otro asunto. Hizo lo mismo con otra compañía aeronáutica radicada en Estados Unidos: Northrop.

Según el libro que acaba de publicar Anet Bleich, periodista del De Volkskrant, este segundo episodio hizo peligrar incluso el futuro de la monarquía holandesa. No fue así porque el entonces primer ministro, el socialdemócrata Joop den Uyl, ocultó al Parlamento el informe que evidenciaba los 750.000 dólares recibidos por el príncipe por parte de Northrop. La esposa de Bernardo, la antigua reina Juliana, había amenazado con abdicar si su marido era procesado por culpa del dinero de Lockheed. Con un segundo soborno, habría resultado difícil evitar que el príncipe acabara ante los jueces. Después de haberlo negado todo, el príncipe Bernardo admitió su error poco antes de morir en una entrevista póstuma.

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